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Enfermedad del Lupus y Ejercicio Físico

Javier Alonso Fitness | Entrenador Personal Online

Beneficios y lo más recomendado si tienes esta enfermedad, según una revisión sistemática.

El ejercicio físico es una de las terapias no farmacológicas que mayores beneficios presenta en personas con padecimientos crónicos, por lo que el profesional de atención primaria debe incluir su promoción como parte del consejo médico. 

En nuestro país, el lupus eritematoso sistémico (LES) es una de las enfermedades reumáticas más incipientes con una prevalencia estimada que oscila entre 9 por cada 10.000 a nivel nacional y uno cada 400 casos a nivel local. Ante la ausencia de una terapia farmacológica efectiva, el tratamiento del LES está actualmente enfocado a la mejora de la calidad de vida (CdV) del paciente, que se encuentra mucho más afectada que la de la población en general. Teniendo en cuenta que la práctica de ejercicio físico tiene un efecto beneficioso sobre diversas manifestaciones clínicas que afectan a la CdV del paciente con LES, como la fatiga, la dislipidemia, la resistencia a la insulina o la arterioesclerosis precoz entre otras, su prescripción cobra especial importancia en esta población. 

Si bien recientes estudios han indicado que la actividad de la enfermedad no se ve afectada por la realización de sesiones aisladas de ejercicio físico intenso, de cara a la adquisición de su práctica como un hábito de salud guarda un mayor interés el averiguar si este tipo de pacientes no padecen exacerbaciones o complicaciones como resultado de su participación en programas de entrenamiento. A este respecto, en ninguno de los estudios analizados se informaron de abandonos a causa de los efectos de la realización de ejercicio físico, por lo que se puede afirmar que su práctica es segura. 

Sin embargo, lo verdaderamente interesante en el ámbito de la rehabilitación física es observar si el paciente, tras un periodo de aprendizaje, es capaz de ejercitarse de manera autónoma e incluir su práctica como un hábito. Con relación a esto, atendiendo a los resultados de los 2 estudios que contaron con fase de seguimiento y de la investigación de Boström et al. que incluyó un periodo de baja supervisión, parece que sí es factible que las personas con LES adquieran un estilo de vida más activo tras participar previamente en un programa de entrenamiento, si bien son necesarios más estudios al respecto. Con relación al tipo de ejercicio a prescribir, la evidencia científica existente se ciñe básicamente a modalidades aeróbicas «clásicas» (principalmente caminar o pedalear) y al entrenamiento de fuerza-resistencia muscular, siendo, en comparación, los efectos de este último de menor magnitud. Por lo tanto, un hecho a reseñar es la ausencia de investigaciones que hayan analizado la factibilidad y efectos beneficiosos de modalidades deportivas alternativas que por lo general se proponen en enfermedades de especial prevalencia en mujeres, al objeto de facilitar la adherencia hacia su práctica, como es el caso de aerobic o pilates, o incluso el ejercicio en agua, entre otras.

Otro de los resultados de interés extraídos de la presente revisión es que la actividad del LES no se ve afectada por la práctica de ejercicio físico. Por lo tanto, su prescripción no es útil en este sentido. En esta línea, una vez analizados los estudios incluidos en este trabajo, tampoco se puede afirmar que la práctica de ejercicio físico se traduzca en mejoras en los principales síntomas que acompañan al LES, a excepción del nivel de fatiga percibido, que sí parece experimentar una reducción significativa. Este efecto podría ser una consecuencia directa de la existencia de mejoras en la condición física, dado que algunos autores han sugerido que el bajo nivel de forma física que presenta esta población incrementa la magnitud de este síntoma. Sin embargo, otros investigadores han observado que este impacto positivo del ejercicio no se puede basar únicamente en la mejora condicional, sino que debe de haber otros factores involucrados. A este respecto, conviene mencionar que la fatiga es uno de los principales síntomas que presentan las personas con LES y que más afecta a su CdV, variable que se vio influenciada positivamente por la práctica de ejercicio físico en varios de los estudios localizados.

A juzgar por los resultados encontrados en las investigaciones finalmente analizadas, es muy probable que la prescripción de ejercicio físico en personas con LES resulte en mejoras en su nivel de forma física. En cierto modo este efecto se puede considerar como lógico y esperado, dado que esta población se caracteriza por presentar un bajo nivel tanto condicional como de práctica de actividad física, lo que supone que también tengan un bajo umbral de mejora de entrenamiento. Como consecuencia de esta mejora condicional, si bien la actividad de la enfermedad y varios de los síntomas relacionados con la misma no experimentarán cambios significativos, es esperable que las personas con LES convivan mejora con su enfermedad a expensas de una reducción en su nivel de fatiga percibida y de un incremento en su forma física. Ambos aspectos ejercen una influencia directa tanto sobre la manera con la que la persona con LES pueden afrontar su día a día como sobre su nivel de independencia.


CONCLUSIONES:

A juzgar por el número y características de las investigaciones localizadas y atendiendo especialmente al diseño metodológico de las mismas, se puede decir que la calidad de la evidencia científica al respecto del efecto de la práctica de ejercicio físico en personas con LES no es elevada.

La prescripción de ejercicio físico en personas con LES es factible y segura, siendo la actividad aeróbica la principal opción a aconsejar, a juzgar por la evidencia científica al respecto. De su práctica no son esperables cambios ni en la actividad de la enfermedad, ni en gran parte de los síntomas que esta población refiere. Sin embargo, sus efectos sobre el nivel de fatiga percibida y de forma física pueden propiciar que las personas con LES convivan mejor con su enfermedad.


REFERENCIA:
Ayán, C., de Pedro-Múñez, A., & Martínez-Lemos, I. (2018). Efectos del ejercicio físico en personas con lupus eritematoso sistémico: revisión sistemática. Medicina de Familia. SEMERGEN, 44(3), 192-206.


Por @javieralonsofitness

Javier Alonso es Licenciado en CCAFD y Entrenador Personal y ayuda online a clientes de todo el mundo a aprender a entrenar desde hace más de 10 años. Conoce más en instagram y en threads.

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